LOS HELADOS DE MIRANDA

Los helados de Miranda
tienen ese... no sé qué
que con sólo imaginarlos
va derritiéndose usted.

Un helado de Miranda
puede ser de torrontés
y si no me está creyendo
pruebe... y me cuenta después.

Quiero llevarme en el alma
su helado de cabernet,
no vaya a ser que me quede
poco hilo en el carretel.

Soy albañil de los valles
y hoy ando muerto de sed,
si no me cura su helado
saldrá chueca la pared.

Déme un vasito de helado,
tiene antojo mi mujer
y si a mí no me da otro
se me revienta la hiel.

Aquí la traigo a mi suegra
que lo quiere conocer,
déle un helado de tuna
y que deje de joder.

Sírvame un helado de esos
que sólo usted sabe hacer:
con un toque de nostalgia
y el sabor de la niñez.

Los helados de Miranda
se parecen al querer:
siempre tienen "gusto a poco"
por eso me hacen volver.

Un helado de Miranda,
así como lo hace él,
por más que le haya pagado,
siempre le salgo a deber.

Yuyo Montes

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